Comienzo esta Columna Rebelde haciendo un mayúsculo manifiesto en el sentido que no estoy a favor de la Sra. Josefina Vázquez Mota en lo absoluto y en su postulación a la presidencia de la república por supuesto tampoco estoy en contra.
Sino a favor del decoro y de la moralidad inexistente en los correligionarios del “PRI”, execrables todos, corruptos y hampones, leí una nota periodística en que estos pseudo políticos se manifestaban en contra de unos anuncios propagandísticos en contra de la Sra. Vásquez Mota, porque todavía no era la candidata del PAN, ahora que ya lo es; seguramente habrán de estar buscando una manera cobarde seguramente y muy poco educada, hacerla parecer como no una buena candidata para ser presidenta de México.
Entiendo que esto de la política es un verdadero nido de áspides de muy poca moral y menos espiritualidad, a la mayoría de ellos les corre por las venas la sangre de la envidia, de la sed de poder y la ansiedad de hacerse de riquezas mal habidas y de la oportunidad para hacer lo que les venga en gana, pues la impunidad se ha hecho en la cotidianidad nacional, definitivamente es un hábito que les debemos agradecer a los priistas.
Vemos día a día enriquecimientos desmesurados e ilícitos, o amparados en los recovecos de la legalidad, misma que ha sido manipulada por nefastos legisladores para favorecer a personajes de la ínfima calidad moral y civil como por ejemplo Carlos Slim (y para muestra basta un botón, pero este infame ente si así se le puede llamar, es una botonadura de oro puro), sólo por poner un ejemplo.
Estamos a merced de gobernantes que lejos de promover la transparencia y la justicia, están a favor de cubrir “las espaldas” de los que salieron antes de los puestos de poder, para que a su vez estos continúen con toda clase de tropelías y barbajanadas en la administración de los bienes públicos.
¡Dios Mío!, ¿hasta cuándo vamos a permitirnos a nosotros mismos estos desordenes, estos abusos, ¡Si señor hasta cuándo!?
Hoy día no hay excusa ni pretexto para que salgamos de nuestro marasmo, de nuestro desánimo civil y nos manifestemos a favor de lo que deseamos, si queremos mejores gobernantes, ¡hagámonos mejores mexicanos, vivamos como mejores seres humanos, seamos mejores padres y madres, excelentes en nuestros trabajos, superiores conductores de nuestros autos y sobresalientes transeúntes!
Está en nuestras manos reconstruirnos a nosotros mismos, a nuestros hijos… tenemos el magno ejemplo de Benito Pablo Juárez García, sin duda para mí el más integro de los presidentes mexicanos, forjador de esta patria republicana y democrática (dicho sea esto y entre comillas). Él, Benito Juárez, un “indígena” oaxaqueño, huérfano, sin los medios necesarios propiamente para hacer nada y ser nada… o quizá un simple y llano pastor de ovejas, analfabeta e ignorante. Sin embargo y con supremo esfuerzo y nacionalismo nos heredó un mejor y reformado México.
Estoy a favor de que nuestro próximo y máximo gobernante debe ser inteligente, capaz, integro y valiente, no dudo que Josefina Vásquez Mota o Andrés Manuel López Obrador tengan estas características… “y cómo decían las abuelas” que en las elecciones próximas Dios nos agarre confesados si por alguna nefanda y diabólica razón ganara (seguramente de manera tramposa), este ignorante y atroz candidato del PRI.
Por ahora es cuanto compañeros…
Carlos López Carmen
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