SER CULTO PARA SER
LIBRE


miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿O las drogas, o quien las vende, o quien las compra y las usa?



¿Dónde radica la verdadera crisis o el problema real; en el “narco tráfico” o en el “narco consumo”?
Escucho y leo si no todos los días, si con una frecuencia que da repulsión noticias al respecto de los  asesinados, los ejecutados, los desaparecidos o los que fueron víctimas de una u otra manera por esta deslucida narco guerra.
Y comparto este cuestionamiento, ¿Dónde radica la causa de inicio y no el efecto, que sólo es esto que se ve entre los que venden los estupefacientes y los que los consumen?, si acaso no me acabo de responder del todo, si reflexiono, y esto es lo que me parece a mí, y lo participo con todos ustedes lectores de El popular y de la Columna Rebelde.
En alguno de los evangelios bíblicos rezan estas palabras que al parecer el Maestro Jesús mencionó: “Por sus frutos los conocerás”
Y a este respecto propongo lo siguiente, el conflicto no es quien vende drogas, sino al contrario es quien las compra y para que las emplea. Es decir, ¿cómo habría un producto en el mercado si no hay consumidores? Entonces, para que “tanto brinco si está tan parejo el piso”.
Si todos estos millones de dólares o pesos que estos dementes (las personalidades del gobierno y sus departamentos policiaco-bélicos) gastan en matar narcotraficantes, los invirtieran en dar a la ciudadanía los elementos de educación profiláctica en cuestión de consumo de alcohol y drogas, “otro gallo nos cantaría”, pero no le podemos “pedir peras al olmo”, y pues ellos, los que están haciendo esta desquiciada guerra contra el narcotráfico justamente son “olmos” luego entonces ¿de dónde cosecharíamos de ellos peras?.
Ahora bien “tomemos al toro por los cuernos” y digámonos a nosotros mimos que hay de nuestro propio comportamiento en cuestión de consumo de alcohol y drogas, por supuesto la mayoría dirá que no bebé en exceso, y mucho menos que consume algún tipo de drogas, es ahí donde según creo yo radica el problema, en la falta de autoconocimiento personal y en la falta de honestidad.
Desde hace mucho ha estado de moda la psicología y los psicólogos, los antropólogos, los mentalistas, los psiquiatras, más recientemente los multidisciplinarios terapeutas de todas las corrientes, filosófico-espiritual y mental.
El punto focal es según creo yo saber, ¿para qué la gente bebé alcohol y para que se droga, para qué?, ojo, no ¿por qué?, sino ¿para qué? Si buscamos la respuesta a este cuestionamiento, quizá resolvamos el asunto de esta adición en los que la presentamos, y en los que no la manifiestan; para saber qué hacer con sus familiares y amigos, y así de esta manera transmitir dicho conocimiento.
Siento que quizá muchas de las personas que lean esto estén en desacuerdo y pues bueno así es como son las cosas, he escuchado desde hace muchos años a padres de familia, cercanos a la mía, incluso algunos de la mía y por supuesto muchos más que no son mis consanguíneos, hacer reclamos como por ejemplo: no comprendo porque mi hija o mi hijo es de tal o cual manera, si en nuestra casa no ha recibido malos ejemplo de ninguna clase, es justo aquí cuando quiero dar énfasis a las palabras del Maestro Jesús, “por sus frutos los conocerás”.
¿Hasta donde nuestros padres son o fueron responsables de nuestros comportamientos y hasta donde nosotros somos responsables del de nuestros hijos?
Esto sólo nos lo podemos responder a nosotros mismos con nuestros propios recursos de conciencia interna, y si es que queremos un México más seguro, libre de drogas, propongo comencemos por nosotros mismos, nuestras casas y nuestras familias. Así de esta manera nos haremos responsables de lo que nos corresponde, y por supuesto no lo haremos de lo que no nos atañe. Sin embargo creo que cada madre y padre, somos en gran medida la causa de que nuestros hijos y nosotros mismos sigamos acciones coma las que están ocurriendo en las calles de todo nuestro maravilloso México.
Termino estas humildes letras con uno de los únicos dos consejos que le da Don Quijote de la Mancha a Sancho Panza en la víspera en que este será ungido como gobernador de la Ínsula de Barataria. – Sancho, le dice Don Quijote – Deberás trabajar en el autoconocimiento personal, para que seas un gran gobernante de tus insulares…
Por ahora es cuanto compañeros.

Carlos López Carmen
columnarebelde@hotmail.com               






miércoles, 6 de abril de 2011

El Charro...




Esta es la historia de un llano charro,
hecho de manganas y saltos de la muerte,
organzas y atuendos de felpa negro,
zurcido con botonaduras de oro y plata.

La novela de esté muñeco, a veces guapo,
a veces frío, a veces triste, otras más
contento y eufórico, saciado de su penco
y adolescente de su yegua, de esas bravas.

Se hizo con manganas de jarcias
trenzadas de dolores, golpes y amores,
se hizo con manganas que querían sujetar
y lazar los amores, los ardores.

Ansiaba la guardia de una soldadera
que caminase a su lado con las carrilleras
extasiadas de municiones de caricias
y de ungüento saciador de carencias.

Las organzas en las camisas blancas como lunas,
ellas que marcan las noches de placer,
muchas ocasiones impías y de amor vacías,
y atuendos ralos de la esencia sentimental.

Y cosido con las botonaduras del oro,
de la ausencia de la pasión del corazón,
e hilvanado con las botonaduras de la plata,
de la adolescencia de la razón.

Y las manganas y los saltos de la muerte.
un día aquellas asieron la templanza,
y estos salvaron las verjas de la muerte,
hoy el llano charro, ocasiones feliz
                                            a veces triste.

Ahí anda con las espuelas de la vida,
que lo espolean al arrimo del espíritu,
que lo instan al camino pedregoso
abandonar y caminar suave;

por el sendero del amor, por el jaripeo de la vida
que le manda pruebas y becerros montaraces
no para que dimita, sino para... al charro
darle su mole poblano y sus caminos no abandone

Carlos López Carmen

viernes, 1 de abril de 2011

La guapeza...





            Hace ya algunos años, venía en mi vehículo de Cholula donde entonces moraba hacía la Angelópolis a desarrollar mis labores diarias, escuchaba en la radio una entrevista que le hacían a la mujer quizá más bella y distinguida que ha dado el mundo del espectáculo mexicano: “La Doña”, María Félix.
            El entrevistador le inquirió, ¿María, de todos los galanes con quien usted ha compartido su vida y sus amores, cuál ha sido el más guapo? Ella de inmediato sin pensarlo ni la más infinitesimal porción de tiempo, respondió; Agustín Lara. El periodista más que sorprendido por la respuesta, quiso que reiterara la respuesta cuestionando otra vez ¿Agustín Lara, el flaco de oro? – Él mismo respondió “La Doña”-  ,prosiguió el periodista - Por favor María, este hombre era de lo menos agraciado y diríamos que el menos guapo de los que le hemos conocido.
            Ella, sin más disparó estás palabras: Escuche usted jovencito, la guapeza (así adjetivó “La Doña” esta calificación para los hombres) no está en donde cualquiera la ve, sino en donde los sentimientos y en el corazón de cada uno de ustedes, - seguro, boquiabierto habrá quedado el entrevistador –
            Esta majestuosa mujer reanudó sus palabras indicando: Este caballero, refiriéndose al Flaco de Oro, ha sido el hombre con más guapeza que se acercó a mi vida: tenía a los dioses: Eros y Afrodita en los huesos torcidos de los dedos de las manos, cuando estos martillaban el marfil de las teclas del piano de cola, y las notas manaban de su corazón de tabaco y ron, de su corazón de ansiedad nocturna de Marías Bonitas y de Palmeras Borrachas de Sol. Este maravilloso hombre me compuso esa canción que hoy es un himno de todas la Marías del mundo, nos la compuso a todas las mujeres.
Esto de la guapeza es tema serio para la mayoría de los masculinos, unos lo aceptamos y otros no, sin embargo en mi no muy humilde opinión considero que esto de ser atractivos o no serlo es un tópico de todos los días, en todos los hombres en mayor o menor medida. Unos se tiñen los cabellos y los bigotes, otros hacen dietas hipocalóricas, algunos toman pastillas de estas que hoy se llaman productos milagro, por cierto he escuchado que nuestros hiperchafas legisladores harán leyes para prohibirlos, (pero mientras estos productos sigan generando cantidades considerables para las televisoras y estás se “Mochen” con los administradores de la ley, las cosas continuarán sin novedad).
Retomando el tema de la guapeza me gustaría referenciar esto que los conocedores llaman auto aceptación, y que según yo tiene todo que ver con el autoconocimiento personal, y por supuesto con el conocimiento del entorno. ¿Cuál es el objetivo de estas acciones que llevan a cabo los hombres, como es lo que mencionábamos antes de embellecerse el cuerpo, es decir el exterior?, me parece que la respuesta es muy sencilla, y es que no estamos enterados en verdad de que es lo que les parece guapo y atractivo a las mujeres.
No creo tener la razón absoluta de lo que mencionaré en seguida, porque siempre la excepción confirma la regla, pero estas son algunas de las características de guapeza de mayor relevancia según mis conocimientos empíricos y uno que otro científico, tomado de las lecturas especializadas en seducción: el hombre tiene que ser prolijo es decir limpio y no emitir olores o aromas extraños, dicen algunas mujeres que la higiene del calzado es fundamental, las uñas siempre limpias y bien recortadas no es necesario exagerar con un manicurista de renombre local, no se trata de ser un Adonis, lo que si es que hay tratar de no ser un gordo desparramado, aunque si se es así tampoco hay mucho problema sólo hay que utilizar otras técnicas quizá más depuradas.
Hacer deporte está bien, no importa si no eres un maratonista o un jugador profesional de futbol, lo que hay que cuidar es no tener cuerpo flácido y fofo, un poco de tono muscular es fundamental, de las ropas ¿qué diríamos?, pues sencillo, “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no le alumbre”, que los atuendos sean una mezcla de vistosidad, modernidad y al mismo tiempo de sobriedad.
Pero lo verdaderamente importante, donde en verdad radica la guapeza de los hombres como lo mencionó la “Doña”, es en su corazón, incluso creo que los hombres más guapos son los más sensibles a la belleza de la naturaleza, a la música, a la poesía y a este machismo latinoamericano que llamamos pomposamente “caballerosidad”, me siento seguro en su totalidad que si los hombres logramos extraer de nosotros mismo lo femenino que todos llevamos dentro, y sentimos incluso como mujeres, les daremos a ellas lo que necesitan y obtendremos de ellas lo que nosotros precisamos.
La guapeza está en el trato que nosotros les damos a las mujeres, la guapeza está en el respeto que sintamos por nuestras madres, por nuestras esposas, por nuestras hijas, la guapeza está en la poesía, en las rosas que nunca deben de faltar entre hombres y mujeres, la guapeza está en las sonrisas que obtengamos de las bellas y hermosas mujeres…
Por ahora es cuanto compañeros…