SER CULTO PARA SER
LIBRE


lunes, 27 de julio de 2009

YO TE HICE

Pues no tenías forma, ni ton ni son,
eras nadie, si acaso madre, eso si eras,
¿Mujer?, mujer no eras, pues no tenías forma,
yo te hice, cual alfarero, cual escultor…

Te tomé entre mis manos llenas de huesos
y con ellos, con mi manos y mis huesos,
te hice mujer, te hice de verdad, pues sólo
eras madre y aunque es mucho, eras sólo eso.

Te amasé con mis manos y con mis huesos…
entonces gemiste a la vida como recién nacido,
te concebí con mis sudores y te parí con mis fuerzas,
te enseñé los primeros vocablos…

Apenas los pudiste pronunciar y tan sólo gemiste,
pues sólo eso podías hacer, pues no sabías nada,
yo te hice, te hice mujer, te hice explotar
como volcán que contiene siglos de fuego ardiente,

Yo te hice, te hice soñar, te hice sufrir, te hice el amor,
es por eso que yo te hice, porque nadie es nada sin amor,
sin este amor doliente, criminal y pasional…
Te hice conversa de mí, de mi virilidad enhiesta…

Y ella siempre por ti dispuesta, ella que te magulla
las almas, ella que te machuca las carnes…
esas carnes que tuyas no son, que tuyas no fueron nunca.
Jamás nunca te hubieron indagado ¿Quién eras? ¿Qué sentías?

No sólo no te lo pregunté, no lo hice porque sólo eras madre,
y aunque eso es mucho, sólo eras eso. Yo te hice sentir,
yo te hice quién eres, yo te hice hermosa, yo te hice voraz,
ya sabía lo que eras y por eso me empeñé en hacerte
mía del cuerpo, mía del alma y mía del espíritu…

Te hallé por el camino este que le llaman la vida,
entonces te tomé en mis manos huesudas y
cual alfarero febril me exprimí las aguas y
con estas te amalgamé como lo hago con mi barro…

Y mira que bella pieza me salió del horno
donde te puse a cocer al calor de mi corazón,
al calor de mi carne yuxtapuesta con la tuya…
mira que gran creador soy, un semidios,



un dios chiquito que hace alfarería, que hace escultura,
que talla estelas monolíticas de suaves y húmedas formas.
Hoy ya eres tú, ya eres mía, ya eres mujer…
Hoy cuando en el espejo te miras, ya no te recuerdas quien eras.

Hoy estás hecha una mujer de carne y hueso,
hoy estás hecha de una carne trémula que siente,
hoy estás hecha de hueso suave y dócil que se comba,
hoy estás hecha de mí, de mis sudores, de mis palabras…



Carlos López Carmen

22 de junio de 2009
4.51 PM

8 comentarios:

  1. Sobre "Yo te hice"
    Se lee tanta intimidad en esta poesía, que es por cierto es muy bella, ya que se siente toda la pasión en lo extenso de la palabra, lo único malo es sentirse un poco "intrusa" entre dos personas que no me son anónimas.
    Estaré al pendiente de la próxima poesía, esperando sea apta para todo público y no solo para mayores de 18 años.

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  3. Debería seguir, autor, la historia, como siguen siempre, querramos o no.
    Como te hice te deshice, pues no eras, al fin, mi creación?
    Barro en las manos caprichosas de un alfarero que un día ama su obra y al otro no la encuentra con gracia, que le respira vida a un ser que después no la merece en sus ojos, que ya no alcanza ni la salvación de una mirada indiferente.
    Pero eso es el artista,¿o no? Dueño eterno de lo que hace aunque ya no sea suyo, semidios creador enterrado en pasiones humanas, veleidoso artífice con el poder de demoler a su antojo.
    No mires atrás...

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  4. Es... es como un Robinson Crusoe este sentimiento que da vueltas y vueltas en la isla aún sabiendo que no hay una salida... ésta que escribe es la necesidad visceral de hallarme cerca de tí aunque sea por este medio que sé no verás, de no cortar el frágil vínculo de mi no relación contigo... no me busques, me dijiste, no lo haré, pero necesita tiempo este cuerpo y este corazón que se sienten más tuyos que míos. Es estúpido esto y mi mente se rebela, pero el resto de lo que soy aún en esta fecha quiere oler tu cuello y oírte reir, quiere ver tus ojos tristes, quiere entrar como en su casa en esa caja de recuerdos que es tu oficina. Carajo. Esto es patético.

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  5. El domingo pasado estuvimos como "casados" de veinte años, ¿recuerdas? Te dije que este domingo no te molestaría para que tuvieras uno de ésos de antaño, lleno de soledades y lecturas en lugar de peleas de niños y películas medio vistas en lugares abigarrados.
    Tendré cuidado con lo que diga, el Universo concede.
    ¿Qué hiciste? ¿A quién miraste, con quién peleaste con esa intensidad que te hace ser tú? ¿Me recordaste un segundo entre todas tus cosas, para no recordarme después?
    Te siento tan distante.
    Me siento fuera de tí.

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  6. Hoy murió el abuelo de mis hijas y entre salir y entrar del hospital y de las penas e incertidumbres, no pensé en tí un largo rato.
    Hasta que pensé en tí, sintiendo, sorprendida, la punzada de dolor que el solo hecho de evocarte provoca.
    Entonces me senté a escribir estas palabras que nadie leerá, como si con ellas pudiera llamarte a mi lado... Claro, se me olvida que no quieres estar cerca de mí, se me olvida que no debe importarme no estar cerca de tí, se me olvida que ya te olvidé y me olvidaste.

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  7. Me llamabas por teléfono todas las noches, casi, y me dormía arrullada por el sonido interminable de tu voz ronca. Tantas noches no me enteré de lo que decías, sólo escuchaba y me sentía mecida por esas lluvias sempiternas de palabras.
    Hoy, sólo siete días han pasado, y me doy cuenta de que no encuentro tu olor en ninguna parte.
    ¿Eres real?

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  8. Deberías decir algo

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